¿Por dónde empieza mi emprendimiento?

Para empezar a emprender, el primer paso que te recomendamos es que definas como te concibes. Aquí te dejamos criteríos de evaluación que te permitirá reflexionar y conocerte mejor, los mismos que están elaborados por psicólogos con varios años de experiencia. A continucación, te presentamos el primer gran criterio.

Autoconcepto

Se elabora a partir de esquemas de intereses personales, gustos, sentimientos, valores, roles, pertenencia a grupos o clases, decisiones y creencias. Que aumenta y se desarrolla en base a las experiencias y reflexiones de cada individuo. Es decir, el conocimiento de nosotros mismos, de nuestra identidad, nos permite construir un autoconcepto positivo o negativo. Y se vuelve fundamental definirlo porque es la base de nuestra autoestima. Y para trabajar nuestra autoestima necesitamos partir del autoconcepto.

Pero… Sabes ¿Cuál es tu autoconcepto?

La respuesta estará basada en la idea que el lector tiene de sí  mismo,  elaborada  en  base a  una  observación  de   sus   propias   capacidades   y   limitaciones, observación  que  puede  verse  distorsionada  por factores    externos    al    sujeto,    como    son    la interacción con los demás, los patrones estéticos que rigen su   entorno    social,    el    repertorio biológico   con   que   nació   y   las   experiencias tempranas  en  el  seno  familiar  (Alcaide  Risoto, 2009). Por ello,  es  que  el autoconcepto  debe considerar  componentes fundamentales    de la    identidad    personal    y    la identidad     social     (Barrios     Cepeda,     2005; Scandroglio, et al., 2008).

El test de autoconcepto más conocido y fiable es el AF-5. es una prueba psicométrica realiza por el psicólogo Fernando de García y el catedrático de psicología Gonzalo Musitu.

Se trata de un cuestionario de 30 ítems (preguntas) que nos permiten evaluar esta dimensión partiendo de cinco subescalas muy concretas. Hablamos de una serie de áreas que conforman este constructo psicológico, tales como la vertiente social, la profesional, la emocional, la familiar y la física, y que puede aplicarse desde los 10 años (5º de Primaria) hasta los 62 años de edad. 

Autoconcepto académico/laboral: percepción del evaluado respecto a su rol como estudiante o como persona que desempeña un trabajo determinado.

Autoconcepto social: esta dimensión hace referencia a la visión que tenemos de nosotros en base a nuestras relaciones.

Autoconcepto emocional: capacidad para gestionar y controlar emociones y la visión que tenemos de esta habilidad en cada contexto.

Autoconcepto familiar: cada uno de nosotros tenemos una percepción de nuestros vínculos familiares, de nuestra integración, de si nos sentimos o no valorados…

Autoconcepto físico: este factor hace referencia a la percepción que tenemos sobre nuestro aspecto físico y de su estado.

Los participantes tienen que calificar cada ítem en una escala cuantitativa entre 1 y 99, donde 1 representa que la persona está totalmente en desacuerdo con la pregunta y 99 que la persona está totalmente de acuerdo. A continuación las preguntas. Te animamos a autoevaluarte y saca tus valores de autoconcepción.

#PreguntasSubescalaEscala
1Hago bien los trabajos escolares (instituto-universidad)académico/laboral
6Mis superiores o profesores me consideran un buen trabajador/aacadémico/laboral
11Realizaba mucho trabajo. Trabajo mucho en claseacadémico/laboral
16Mis superiores me estimaban. Mis profesores/as me estimanacadémico/laboral
21Soy un buen estudiante o trabajadoracadémico/laboral
26Mis profesores o superiores me consideran inteligente y trabajadoracadémico/laboral
#Preguntas
3Tengo miedo de algunas cosasemocional
8Muchas cosas me ponen nerviosoemocional
13Me asusto con facilidademocional
18Cuando los superiores me decían algo me ponía muy nervioso/aemocional
23Me ponía nervioso cuando me preguntaba un superior / profesoremocional
28Me siento nervioso/aemocional
#Preguntas
4Soy muy criticado/a en casafamiliar
9Me siento feliz en casafamiliar
14Mi familia está o estaba decepcionada de mífamiliar
19Mi familia me ayudaría en cualquier tipo de problemasfamiliar
24Mis padres o familia me dan confianzafamiliar
29Me siento querido/a por mis padres o familiafamiliar
#Preguntas
5Me cuido físicamentefísico
10Me buscan para realizar actividades deportivasfísico
15Me considero elegantefísico
20Me gusta cómo soy físicamentefísico
25Soy buena/o haciendo deportefísico
30Soy una persona atractivafísico
#Preguntas
2Consigo fácilmente amigos/associal
7Soy una persona amigablesocial
12Es difícil para mí hacer amigos/associal
17Soy una persona alegresocial
22Me cuesta hablar con desconocidos/associal
27Tengo muchos amigos/associal

Una vez evaluado, a las preguntas de subescala emocional y a las preguntas 4,12,14 y 22 debemos realizar la siguiente opración: 100 – Escala (el valor que coloqué en estas preguntas). Debido a que son preguntas de sentido negativo. Posteriormente sumamos los puntos de cada subescala y el resultado dividimos para 60. Posteriormente el resultado comparamos con el Centil de la Tabla de Baremo, y definimos la Categoría en la que estamos por el Centil obtenido. Adjuntamos las tablas necesarias, en el siguiente botón.

Reconocer que mientras menor sea nuestra Categoría por cada Subescala o Dimensión, mayor trabajo debemos hacer. Sin embargo, el emprendedor debe comenzar por ahí, y saber que el resultado en las diferentes Subescalas corresponden al desarrollo que tiene de sí mismo, que está constituido por su propio reflejo y lo que le refleja la sociedad. Y es ahí, donde entra en juego los tres tipos del “Yo”.

Los diferentes Yo

Para ello, E. Tory Higgins diferencia tres tipos del Yo.

El Yo real. Cómo creemos que somos realmente. Es una percepción personal, una auto percepción y no lo que somos en realidad. Una representación de características que pensamos poseer, una visión de la realidad que puede ser cierta o no.

El Yo ideal. Este es el Yo que nos gustaría ser. En este Yo se cuela el Yo que queremos ser para nosotros, pero también el Yo que queremos ser para los demás. Así, en él se recopilan el conjunto de aspiraciones y expectativas que tenemos sobre nosotros mismos.

El Yo responsable. Esta dimensión responde al Yo que debería ser. Los atributos que alguien (uno mismo o los demás) creen que se deben poseer. Es decir, una representación del sentido que tiene alguien de su deber, obligaciones o responsabilidades.

El Yo ideal y el Yo responsable nos marcan objetivos y metas. El primero de ellos se refiere a los deseos y el segundo responde más a un plano moral o ético.

Teoría de la autodiscrepancia de Higgins

La discrepancia entre el Yo real y el Yo ideal se caracteriza por emociones relacionadas con la desesperación, como la decepción y la insatisfacción y se asocian con la depresión y una baja autoestima. Se caracterizan por la anticipación de resultados poco positivos. Puede darse también sobre esa parte del yo ideal en el que se recogen las expectativas que los demás tienen sobre nosotros y que hacemos nuestras. En este caso se añade la emoción de la vergüenza y la pérdida de prestigio.

Cuando la discrepancia se da entre el Yo real y Yo responsable, es decir, con lo que consideramos nuestro deber y nuestras obligaciones, las emociones que se producen están asociadas a la agitación. Se generan expectativas de castigo, la persona se vuelve vulnerable al miedo, se sentirá amenazada y se producirá autocrítica.

Reflexión

Ahora que sabemos nuestra Autoconcepción y la hemos evaluado, determinamos que está influenciada por las tres versiones del “Yo” y que su discrepancia nos generá emociones que afectan directamente nuestra autoestima. Por lo tanto, mientras mi Autoconcepto este más relacionado con la realidad, voy a desenvolverme y resolver problemas adecuadamente, tendremos mayor capacidad de crecimiento personal y más sólida será nuestra autoestima. Pero, ¿qué tiene que ver esto con el emprendimiento? Si haz llegado hasta aquí, te hago una pregunta, ¿crees que necesitas una autoestima saludable para emprender? Tu respuesta en los comentarios.

2 comentarios en “¿Por dónde empieza mi emprendimiento?”

  1. Definitivamente la respuesta es: SI, necesitamos una autoestima saludable lo que quiere decir para mi, equilibrada al momento de emprender en cualquier ámbito.
    Tenemos que ser capaces de enfrentar los fracasos, tomándolos como una oportunidad para mejorar. Una baja autoestima no solo evita que aceptemos los fracasos, sino que tambien nos hace sentir miedo al éxito. Miedo a que viene con él, a las responsabilidades, al poder, a los compromisos, etc.
    Si no somos capaces por nosotros mismos de tener una autoestima equilibrada mi sugerencia sería buscar el compañero/a de fórmula para sociabilizar el emprendimiento.

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